Gesto

Sergio Nakauchi

INTEMPERIE 

En la vitrina del fondo de “El Toro-Bar”, en la penumbra intencional de ese lugar un poco  perdido, pudimos advertir un volumen de Juan L. Ortiz, en adelante “Juanele”. No pudimos  acceder a él por cuestiones burocráticas pero de alguna manera supimos que el poeta nos acompañaría toda la noche, con su ambiente, con su ruido de agua. 

El grupo (Pardal, Marín, Judkovsky, Nakauchi) adoptó hace unos años el nombre de  “Intemperie”. Claro que ningún nombre es casualidad ni obra del azar. Es una forma de esculpir,  de dar forma. Y así, “Intemperie” echó a andar. “Intemperie” empezó a flotar más frágil que la  palabra Intemperie, pero al mismo tiempo presente en su voluntad de anudarse en el viento de  los contenidos y las formas. 

Tal vez por eso, Lucas vino esa noche con la propuesta de que empezáramos a rondar (a  rumiar) el concepto de “Intemperie”. 

Y yo, ahora, siento que tengo que citar el poemario “De las raíces y del cielo” de Juanele. 

Y vuelvo como tantas veces, pero más sereno, al poema “Ah, mis amigos, habláis de  rimas…” 

Cito los últimos versos: 

No olvidéis que la poesía, / si la pura sensitiva o la ineludible sensitiva, / es asimismo, o acaso  sobre todo, la intemperie sin fin,/ cruzada o crucificada, si queréis, por los llamados sin fin/ y tendida humildemente, humildemente, para el invento del amor… 

Poesía – Intemperie – Cruz – Humildad – Amor 

Hay cinco elementos: en el medio la Cruz, y junta a ella, la poesía y la intemperie por un  lado, y por el otro la humildad y el amor, como dos brazos extendidos y necesarios. 

Acaso Juanele haya acometido con sus alas, temblando en cinco versos herméticos, la  historia de la salvación. 

Termino con un poema propio, no por sus virtudes (que ignoro si las tiene) sino porque fue  escrito mirando un libro de Juanele, como otros necesitan mirar el cielo y las ramas.

LAS VÍAS DEL SUEÑO 

 Sobre las vías del sueño, 

unas algas… 

Juan L. Ortiz 

No tomes con ligereza 

la luz que sostiene 

la permanencia 

en la otra orilla. 

Más allá de las nubes 

hay otro cielo. 

Más allá de la palabra mañana 

hay otro mediodía. 

Más allá de la fiebre 

alguien comprenderá nuestros sueños. 

No tomes con ligereza 

esta luz 

sedienta de plantas, 

esta luz que se curva

en la hierba mojada, 

Esta luz que resiste 

y hace visible 

la memoria del aire, los minutos que tiemblan, imantados, 

en la otra orilla.

Perfil de Sergio Nakauchi

Sergio Nakauchi

Nació en Buenos Aires en 1965. Es nieto de inmigrantes japoneses. Se desempeña como médico. Ha incursionado en el terreno de las artes plásticas. Publicó los poemarios El movimiento del sueño (2005), Los trabajos de la lluvia (2007) y la nouvelle La mentira (2014).